Suelo decir que cada canción o disco hay que interpretarlo como algo individual, sin fijarnos en los anteriores discos del artista o la música del resto, sin embargo, en el balance de una era esto no es posible.
A pesar de que no hay nada oficial que confirme que la era MDNA ha terminado -Madonna podría sacar un single en cualquier momento si quisiese-, voy a hacer un balance de la calidad del disco, los singles y el MDNA Tour.
El disco:
MDNA no es malo. Es decir, como disco individual, sin fijarnos en la competencia ni en la discografía de Madonna, resulta notable. Ésto no es una review, por tanto no voy a ir tema por tema, pero sí puedo decir que es un disco variado, con temas impresionantes (I'm Addicted, Gang Bang, Masterpiece y Love Spent); otros más normales como Some Girls, I Don't Give A o Girl Gone Wild; y otros que practicamente llevan el apelativo 'pésimo' en la espalda, como Give Me All Your Luvin', I'm A Sinner, Superstar o B'Day Song. Hay miles de discos así, con temazos y fracasos; entonces, ¿por qué el sentimiento general hacia MDNA es que es un mal disco?
Con una carrera de treinta años a las espaldas, es imposible no fijarse en lo que ha hecho. Sus discos, a parte de ese temazo impresionante que solo con escuchar sabes que es una obra maestra (Like A Prayer, Vogue, Frozen...), tenían siempre algo en común: la innovación y reinvención.
A parte de no tener ese temazo innovador e impresionante común en sus discos (Gang Bang se acerca, pero no llega), MDNA no es nada nuevo; es más, el disco se puede dividir en dos partes: los temas rompepistas exactamente iguales a los del resto de la competencia, y los temas que suenan a "Madonnas" pasadas. Y eso a otr@s se lo perdonamos; pero a Madonna, no.
Por tanto, ¿MDNA es un mal disco? No, es un álbum notable. ¿Está a la altura de Madonna? Si hablamos de la Madonna que ha creado Like A Prayer, Ray Of Light o Confessions On A Dance Floor; absolutamente no.
Los singles:
A veces, el éxito y el fracaso están unidos en un mismo álbum. Es decir, tienes temas buenos y temas malos, pero si sabes aprovechar los buenos, puedes colocarte en lo alto. Y Madonna no es tonta, es más, durante estos treinta años de carrera ha demostrado ser muy inteligente. Entonces, ¿qué ha pasado en esta etapa?
El primer single fue Give Me All Your Luvin'. Una canción simplona y pasada de moda, exactamente como fue en su día Like A Virgin. Sin embargo, mientras Like A Virgin tenía ese toque pícaro que Madge sabía que iba a dar resultado, GMAYL ni siquiera debería haber estado en el disco. Sin embargo, aunque no fue un exitazo impresionante, era pegadiza y no le fue mal.
Los fans teníamos puestas las esperanzas en el segundo single, Girl Gone Wild. A pesar de las expectativas, el tema sonaba demasiado genérico, no solo para Madonna, sino para cualquier otra. Aunque GGW mejora mucho entre el resto de temas de MDNA, es uno de los peores singles de Madge, y debería haberse quedado como un buen album track.
Algunos piensan que con el tercer y último single, Turn Up The Radio, acertó de pleno; yo no. El tema es aburrido, es una de esas canciones que, por mucho que lo intentes, no te entra. No digo que no estuviese en el disco, pero con las opiniones tan enfrentadas que ha habido sobre TUTR, jamás debería haberlo sacado como single, y mucho menos dejándose en el tintero I'm Addicted.
El tour:
Si Madonna es la Reina es, claramente, por el espectáculo. Ya hice la reseña del MDNA Tour en el blog, pero si no os apetece leerla, os diré que el MDNA Tour es parecido al disco respecto a la escasez de innovación, es decir, cada parte del tour es un refrito de todo lo que ya ha hecho anteriormente. Sin embargo, resulta mucho más acertado que el álbum, siendo maduro y sin dejar lugar al aburrimiento. Tanto los que ya la conocen en directo como los que no la han visto nunca, van a divertirse y, sobre todo, a preguntarse cómo puede moverse el triple que Rihanna sacándole exactamente treinta años. Un tour sobresaliente.
Finalmente, la era MDNA es una era que podía -y aún puede- dar más de sí a pesar de tener errores, y aunque no se recordará como algo clave en su carrera, puede servir como un toque de atención a Madonna para demostrar con el próximo que el trono es suyo.