Reflexiones de un miércoles noche aparte, la cantante de Thinking Of You ha estrenado vídeo para su segundo single. Siguiendo la moda de las baladas, de la que es precursora Rihanna, la Perry se nos marcó un lyric vídeo bastante interesante visualmente (más de un vago/a hubiese usado eso como vídeo oficial), y ahora nos llega un vídeo oficial que no sigue para nada la estela ni del lyric ni del anterior vídeo, Roar.
Si un día se nos planta en un mundo de chucherías echando leche de las tetas, al siguiente, se muere el amor de su vida. Si un día se convierte en una freak que vive una noche de fiesta loca, al día siguiente, es un extraterrestre. Si un día se convierte en la versión femenina de Tarzán y se hace amiga de un mono, al día siguiente nos da una joyita visual como Unconditionally. Katy Perry lo tiene claro, cada vídeo es una historia que debe exprimir al máximo, con vídeos musicales que son obras muy notables del pop.
En Unconditionally, la Perry se nos marca un estilo que mezcla épocas (medieval y siglo XVIII, sobre todo), canta bajo la nieve y es atropellada. Punto. El vídeo, en argumento, es tan simple que ni siquiera narra una historia: es un vídeo meramente visual. Y ahí radica el asunto, la parte visual es tan magnífica, con una luz y una fotografía tan de cine, que te capta por los sentidos. La parte en la que la atropellan es tan perfecta que, si alguien hace un recopilatorio con los mejores momentos audiovisuales del pop, estará entre ellos.
Infravalorada o no, Katy tiene un talento enorme que demuestra en música pop sin pretensiones y vídeos magníficos. Por supuesto, tiene sus fallos, que eso de no cantar bien no puedo pasarlo por alto, pero, mientras lo contrarreste siendo magnífica en otras cosas, ¿qué más da?
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