martes, 28 de agosto de 2012

Lana Del Rey - Born To Die


Realmente quería hablar del disco debut de Lana Del Rey, que, a su vez, es el tercer disco de esta neoyorquina (primero fue Sirens, firmado por May Jailner y luego el disco Lana Del Rey a.k.a. Lizzy Grant).
El fenómeno Lana Del Rey comenzó en agosto de 2011, con la balada Video Games y su respectivo vídeo. Está claro que lo que le dio el interés fueron su estilo vintage y el hecho de que la gente pensase que no había grandes cantidades de dinero en este asunto (pero vaya si las había: tanto Interescope como el multimillonario padre de Del Rey tenían mucho que ver en su imagen y su música).
Posteriormente, y a cuentagotas, fueron apareciendo canciones, nueva información, un EP, un disco anterior a Video Games... Hasta el 31 de enero, que fue lanzado Born To Die.

La segunda canción que se conoció de Born To Die fue Blue Jeans, un baladón impecable que se ha convertido en una de mis canciones favoritas de todos los tiempos. Lo atractivo de Video Games y Blue Jeans es su aura indie. Una producción sencilla, una voz muy poco retocada... Dan la sensación de ser canciones caseras. Y eso, junto al estilo vintage (que también es característico de la cantante), las hace sobresalientes. Sin embargo, ese aura indie no se hace presente en el disco.

Los seis primeros tracks son maravillosos. El primer single, Born To Die, ha perdido la esencia indie, pero acentúa el estilo vintage. Además, tiene una producción impecable: ni la voz se come la música, ni la música se come la voz; todo suena perfectamente claro y potente. Off To The Races, segundo corte del disco, también tiene una producción perfecta, pero, a parte, está escrita de tal forma que sobresale en el disco como Brite Lites destacaba en su anterior álbum. Es, claramente, la mejor canción del álbum junto a Blue Jeans. Después de los dos primeros singles promocionales, nos encontramos con Diet Mtn Diew y National Anthem. Ambas parecen alejarse del estilo "sadcore" del álbum y acercarse más a las demos inéditas de Lana como You Can Be The Boss. Gran acierto.

Sin embargo, después de estos seis temazos, viene el bajón. Dark Paradise y Radio son dos baladas que, aunque siendo buenas, podrían estar en cualquier álbum de cualquier artista pop; es decir, no tienen el toque de Lana Del Rey. Ese es uno de los problemas del álbum, que hay una sobreproducción que quita la sencillez a los temas. Pasamos de temas geniales a temas buenos. Y si no se nos hubiesen presentado los seis anteriores cortes, estos temas serían más valorados; pero, actualmente, dan la sensación de estar muy lejos de lo que esperábamos de Lana. Carmen da la sensación de que los productores intentan averiguar qué hace tan buena a Video Games, pero no lo consiguen.

Cuando te parece que el disco se ha echado a perder, vienen dos cortes que parecen salvarlo. Million Dollar Man tiene ese regusto a James Bond, y tanto la interpretación de Lana (especialmente en vivo) como la producción hacen que sea un tema muy interesante. Con Summertime Sadness ocurre algo peculiar: la producción es tan mala como en Radio, pero tanto la grandeza de la canción como ese rotundo "kiss me hard before you go" que la abre salvan con creces al tema.

Tanto la última canción de la versión estándar como el primer y el último de los tres bonus pecan por ser baladas genéricas. Quizás en un disco de Cheryl Cole o de Rihanna sobresaldrían, pero en Born To Die sobran. Lolita, el otro bonus, parece acercarse a los inéditos menos tristes de Lana, pero creo que otras, como Puppy Love (Marilyn Monroe), la superarían con creces.

En definitiva, es un gran disco con grandes fallos, tanto de la producción como en la distribución de los temas. Sin embargo, es uno de los mejores álbumes del 2012. Eso, unido a los buenos vídeos que se marca la chica, como el de National Anthem, y a la impecable imagen de Lana, hace que espere con ansias la reedición Born To Die (Paradise Edition).

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