Iniciando cuenta atrás. 3, 2, 1... ¡ARTPOP! El cuarto disco de Lady Gaga está al llegar -el cuatro de noviembre lo escuchamos en iTunes streaming-, y, después de un (excesivamente genérico) primer single, Applause; una demo, Aura y el esperanzador snippet de G.U.Y (Girl Under You), la Germanotta nos adelanta el primer single promocional: Do What You Want.
Con un sonido noventero, la chica se nos marca un tema que, melódicamente, es exquisito. El rap de R. Kelly ayuda, sin duda; qué hombre más carismático. La letra también tiene su aquel: una llamada de atención a las críticas seguido de un “me dais completamente igual, no vais a callarme”. Sin duda, lo grande de este tema es lo fácil que entra: por fin, la hija de los dueños del restaurante más odiado de Nueva York se deja de profundidad y misticismo; se ha dado cuenta de que es una artista pop y actúa como tal.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Te puedes inspirar en el principio de los noventa, no pasa nada; pero era una época en la que el dance seguía acechando y el pop se volvía muy melódico, y es justo lo que tenemos. ¿Qué ocurre? Que mientras que la melodía te engancha, la base no pega ni con cola, es excesivamente sencilla -que no simple- y solapa la voz a ratos. Muchos podrán caer en la trampa de culpar a DJ White Shadow, productor del tema, pero, Gaga, asumir el control de tu carrera tiene un punto negativo: si una base es mala, te llevas las culpas igual que el productor. El tema no es malo; es divertido, con ritmo, con un R. Kelly que sobresale y una Lady que nos ofrece un vozarrón, es muy pop, y eso lo agradezco. Pero, ¿podría haber sido mejor? Pues, sin duda, con una base simple, dejando a la voz como protagonista, hubiese sido mucho más temazo.
Ni bien, ni mal; ni temazo, ni horror; mejorable, simplemente mejorable, pero dándonos la esperanza de que ARTPOP va a ser muy, muy pop.
(Y, sí, es mejor que Applause.)
“But then you print that shit that makes me want to scream.”
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