jueves, 10 de octubre de 2013

Miley Cyrus - Bangerz, paralelismos y algunos riesgos.

Miley es una superestrella. Pero de las de verdad. No de esas que hacen alguna locura y el mundo le ríe las gracias. No. Miley puede carecer de muchas cosas, pero si hay algo que nunca le ha faltado, ha sido atención mediática. Primero, con, para mí, la última gran serie de Disney Channel: Hannah Montana. Después, con su paso a la madurez -y pensar que nos sobresaltábamos porque saliese con camiseta y bragas en el vídeo de Who Owns My Heart?- Por último, alcanzando su tope de fama, con su repentina ansia de desnudarse o bailar sensualmente.
He dicho mil veces que no soporto a Miley en esta era. Sí, la chica ha tenido éxitos anteriores, pero, desnudándose o rozando la entrepierna de Robin Thicke, lo único que demuestra es que, para triunfar en el pop mainstream, necesita polémica -pues Can't Be Tamed no fue precisamente un exitazo-. No pasa nada por desnudarte si lo usas como una técnica secundaria, y si demuestras que no lo necesitas para tener éxito, pero con la promoción de Bangerz, las polémicas han sido lo que más sobresalía -por encima de la música- y en ningún momento ha dicho “eh, que tengo talento y no necesito mostrarlo desnuda”.
Cyrus quería alejarse de su pasado de Hannah Montana y, sin duda, ya no vemos a esa quinceañera que se ponía una peluca y se convertía en una popstar; sin embargo, por mucho que duela, yo no veo a una mujer hecha y derecha que juega sutilmente con su sensualidad, sino a una adolescente que, por falta de madurez, autoestima o lo que sea, cree que convertirse en un juguete sexual es guay, cuando solo es denigrante para la mujer.

Sin embargo, no escribo esta entrada para hablar de esta tremendamente exitosa campaña publicitaria, sino de la música.


Bangerz abre con Adore You, que muchos fans consideran un temazo absoluto. Un baladón melancólico, relajante y lento que a muchos puede maravillar, pero que a mí me parece una basurilla comparada con aquel perfecto Stay. Que contente a sus fans, que a mí me deja frío. 6/10.
Seguimos con aquel primer single que, a parte de aquel vídeo que hoy me parece hasta recatadito, me encantó. We Can't Stop es un tema diferente a lo que suena en la radio, pegadizo sin ser pegajoso, con ritmo sin ser dance, tranquilo sin aburrir. Justo lo que escuchas antes de ir de fiesta o al volver. Muy buena. 9/10.
It's Britney, bitch! La princesa del pop se hace presente -aunque de forma casi anecdótica- en SMS (Bangerz), que bebe de los ritmos enérgicos y los sonidos oscuros de Blackout más a modo de homenaje que de copia o inspiración. No le veo mucho sentido a eso de reciclar un sonido que, realmente, nunca ha salido del pop mainstream, pero el tema tiene su ritmo, su estilo, y el rap de Britney es Blackout puro y duro. 7,75/10.
Los verdaderos temazos no se demoran demasiado, y nos viene 4x4, en la que colabora con Nelly. Un tema con un ritmo enfermizo, una melodía sencilla repetitiva -sin cansar- y una producción en la que se saborea un cierto regustillo a años noventa, con sus beats que se convierten de repente en sonidos latinos. El speech/rap de Miley es muy bueno, la verdad. Lo quiero de single. 10/10.
Si hay algo a lo que me recuerda Bangerz es al maravilloso Unapologetic de Rihanna. Su música urban, sus ritmos acelerados, sus temas tranquilos y relajantes. En 4x4 y Adore You ya podemos avecinar un poco de ese sonido, pero es que, el siguiente tema, My Darlin', que samplea Stand By Me, es idéntico a Loveeeeeee Song. Y sí, ¿adivináis quién colabora? Future. Eso sí, me resulta bastante menos aburrida que la del disco de Rihanna, así que punto para Cyrus. 8/10.
La alegría que me llevé cuando Miley lanzó como segundo single una balada, Wrecking Ball, quedó algo ahogada por el vídeo. Igualmente, Wrecking Ball sigue siendo una balada soberbia que en el estribillo se queda algo corta y que, melódicamente, no tiene demasiada gracia, pero a la que salva la producción electrónica de los versos, que corre a cargo de Dr. Luke y Cirkut. 9/10.

Vuelven los paralelismos con Unapologetic, esta vez a cargo de Love Money Party, en la que participa Big Sean. Melódicamente es Cockiness (I Love It), pero es que la base es la de Pour It Up a la que le han añadido en el estribillo una parte a teclado a lo película de terror cutre de los 70. Ni fu, ni fa. 6,5/10.
El tema siguiente, #GETITRIGHT, recuerda ligeramente a Nobody's Business de Ri, pero esta vez no puedo decir nada porque el tema es absolutamente de Pharrel Williams y es su sonido con un toque veraniego. Tiene ritmo y personalidad, no es que sea la mejor del disco pero no me disgusta nada. Eso sí, ese mini-puente hablado rompe al completo la atmósfera noventera. 8/10.
El siguiente tema de Rated R es Drive. Ah, no, que esto es Bangerz. El tema es bueno, con una producción muy adulta, que recuerda un poco a la Miley de su anterior disco, pero que, inevitablemente, me lleva a acordarme de la obra cumbre de Rihanna. Da igual, sigue siendo muy bueno, algo larga, pero buena. 9/10.
He dicho que 4x4 era un temazo, y sí, no creo que merezca algo menos del 10. Sin embargo, ahora viene algo sorprendente, inesperado, carismático y realmente esperanzador. FU, con French Montana, es un tema en el que la Cyrus muestra su rabia y su buena voz rodeada de una atmósfera teatral y llena de furia. Un tema clave en su carrera, que no tiene futuro como single pero se convierte desde ya en un guilty pleasure y en el primer once de Pop Sin Ley. No es que no haya hablado de canciones mejores, es que no esperaba algo con tanta personalidad en este disco. 11/10.

No sé si es por lo maravilloso del tema anterior o porque, ciertamente, cojea de una pata, pero Do My Thang resulta un poco ridícula. Tiene un estribillo perfecto para un tema pop, pero Cyrus se empeña en meterlo entre beats urbanos y un vocoder que repite hasta la saciedad “yeah”. No es mala, solo que podría haber sido mejor. 7/10.
El siguiente tema, Maybe You're Right, es como el opuesto de Wrecking Ball. Porque en los versos es bastante desechable, pero el estribillo te atrapa. Sencillamente. Vemos a la Miley de siempre, a la que quiere renegar de su discazo anterior. La vemos y me alegro de ello. 8'5/10.
Can't Be Tamed vuelve al completo con el último tema de la edición estándar de Bangerz, Someone Else. Vuelve a usar la técnica de Wrecking Ball de acortar las sílabas para parecer que las escupe, y aquí le queda aún mejor. Me gusta mucho. 9/10.

No podía faltar el homenaje de Michael Jackson. En una muestra de pocas luces, la hija de Billy Ray dijo que quería que Bangerz fuese tan bueno como Bad. Bueno, sin comentarios sobre eso, pero On My Own suena divertida y diferente, sobre todo en los beats del inicio del tema -que son los mismos que los de después de cada estribillo-. Nada mal. 8'25/10.
Los finales de un disco son sagrados para mí. Y puedo perdonar que el tema no sea tan bueno como el resto, pero no que sea un despropósito. Hands In The Air, con Ludacris, cumple todos los tópicos de temas que se han estado llevando los últimos años. Aburridísimo y demasiado típico. 4/10.

Miley, ojalá hubieses sacado un disco malo. En serio. Si Bangerz hubiese sido una basura, me hubiese dado igual todo lo de la polémica. Pero tenemos un álbum variado, interesante, entretenido, con sus fallitos y sus parecidos razonables, pero nada malo. Y, sin embargo, tú te empeñas en mostrar una imagen que te dará visitas en YouTube y hará ríos de tinta sobre ti, pero que no hará más que hacer que muchos no te tomen en serio, como pasó con tu anterior disco. Allá tú, yo me quedo con la música, tú ya te darás el batacazo. De todas formas, más que bien tu trabajillo, Destiny Hope.

“Send me roses, I just let'em die. I was crazy thinking you were mine.”

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