sábado, 19 de abril de 2014

Iggy Azalea - The New Classic, buscando el éxito.

Debe de ser excesivamente frustrante para los fans de Azealia Banks ver que cada vez parece más lejano e imposible escuchar el debut de su ídolo, sobre todo sabiendo que una de sus principales competidoras, Iggy Azalea, está a días de lanzar el suyo. Mientras la batalla entre Banks y su discográfica continúa, el de Azalea, The New Classic ya está circulando por la red.

Iggy se hizo famosa por su magnífico Work, una de mis canciones del 2013, y ha decidido darse el gusto no solo de meterlo en el disco, sino de auto-referenciarse introduciendo la línea “no money, no family, sixteen in the middle of Miami” en el corte Don't Need Y'All, en la que reflexiona sobre la fama y cómo aquellos que la criticaban ahora presumen de haberla ayudado a subir a la cima. Quizás hablar de fama siendo éste su debut (cuando aún es solo una rapera indie) y referenciarse puede resultar chocante, pero el tema, como la mayoría, funciona.
Y es que no cuesta imaginarse por qué el de Azealia sigue retrasándose y el de Iggy ya está en la calle. Solo hay que escuchar el primer single de Broke With Expensive Taste, #YungRapunxel, que si bien a mí no me convenció sí me resulta tremendamente arriesgado, para darte cuenta de que es muy diferente al sonido del disco, más tirando al rap-pop que al hip-hop rompedor. El disco está hecho para las listas, ya sea con el genial single Fancy en el que colabora Charli XCX, siendo el único tema que se queda muy cerca de igualar al fantástico Work, con el guitarrero y veraniego 100, con Watch The Duck, uno de los menos destacables del álbum o el popero Bounce, que fue single y que a mí me suena más a basura comercial barata que a lo que espero de una de las representantes del hip-hop femenino de estos años.

Que no podamos tachar a ningún tema de rompedor o arriesgado no significa que no haya momentos brillantes en el disco. El primer track, Walk The Line, con ese coro femenino y ese estribillo resulta, sin duda, un tema con un sonido maduro en el que vuelve el concepto 'lo he hecho yo todo sola'; Goddess, sin ser de los más adictivos del disco, sí resulta uno de los menos pop, lo cuál se agradece; Lady Patra, con sus toques reggae, la collab de Mavado y el pegadizo puente resulta uno de los temas más adictivos; y Fuck Love, aún siendo bastante típica, está tan bien hecha que es imposible que no se pegue. No hay ningún tema excesivamente novedoso, es cierto, pero tampoco hay absolutamente ningún corte que no sea agradable a la escucha. Black Widow, con Rita Ora, es, aún a pesar de lo extremadamente parecido que suena a Dark Horse de Katy Perry, de los más pegadizos (es el próximo single), como Impossible Is Nothing. Sin embargo, sí veo los típicos errores de un debut, como un excesivo tracklist (y una algo torpe colocación de los temas en éste), o algunos momentos en los que la australiana deja de sonar a ella misma para, claramente, conseguir algo que pueda romper las listas.

No puedo decir que The New Classic vaya a convertir a Iggy en algo grande. El disco es bueno, pero sin más; y está claro que después de estos años de tantísima lucidez en este género, lo que se necesita no son discos buenos, sino riesgo, innovación. Sin embargo, el potencial está ahí. Ahora solo falta que la intérprete de Pu$$y se quite el peso de encima de preocuparse por la radio y decida sacar ese talento que no deja de verse en todo el disco.

7,5.

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