sábado, 5 de abril de 2014

Kylie Minogue - Kiss Me Once, o cómo demostrar que aún tienes fuelle.


Kylie no es Björk, y eso está bastante claro. Jamás podremos mezclar 'Kylie Minogue' y 'experimental' en la misma frase. La artista con menos haters del universo (aunque quizás también, una de las más infravaloradas) nunca ha arriesgado del todo, y aún así, siempre le ha ido bien. Algunos pueden achacarlo a suerte, a contactos, pero para mí la razón es clara, y es que es la única que ha sabido siempre (y digo siempre) mantener esa raya entre hacer pop ultra comercial -sin rozar salvo en contadas ocasiones lo genérico- y darle toques novedosos, modernos, que a lo mejor suenan a 3 años atrás en las esferas underground, pero que siguen sonando modernos en una escena mainstream que siempre va mínimo cinco años por detrás del vanguardismo.


Seguimos viendo eso en Kiss Me Once, el nada más y nada menos que duodécimo disco de la australiana (aunque eso cada vez es menos hazaña viendo que Rihanna ya va a por el octavo -y se dice que habrá dos este año-). Sin embargo, también vemos a una Kylie más relajada, en el sentido de haberse rendido a lo que la industria pedía, en el quizás pasado de tuerca pero pegadizo primer single,  Into The Blue, con unos muy adictivos falsetes pero sin el gancho y la impresión de estar escuchando el pop más actual de otros singles pasados como All The Lovers o Can't Get You Out Of My Head. Los hits potenciales se repiten, como en Million Milles, que abre con unas preciosas pero totalmente fuera de lugar guitarras noventeras pero que es pegajoso hasta decir basta o la más mediocre Sexy Love.
Por supuesto, no todo son temas en los que Kylie no lo da todo; el -recientemente confirmado- segundo single, I Was Gonna Cancel, producido por Pharrel -ante el que la hermana de Dannii dijo que lloró por un mal día y del que salió el tema- es sin duda un guilty pleasure con su coro fantasmagórico, su ritmo y sus campanitas; o Les Sex, el tema más petardo del disco en el que vemos a una Kylie que, a pesar de sus 45 años, sigue demostrando que puede creerse una adolescente algo putilla y salirle más creíble que a Miley Cyrus. Single obligado. Fine, aunque algo menos bueno que estos dos, también puede considerarse uno de los aciertazos del disco, con su pegadiza melodía y esa producción tan 2013, la más moderna del disco -junto a la de Sexercize, un tema que a mí ni fu ni fa (y curiosamente una de las dos composiciones de Sia).
Una cover que mejora a la original, Feels So Good (versión de Indiana de Tom Aspaul), temas más mediocres como If Only y el mayor esperpento de la carrera de Kylie, esa cosa llamada Beautiful en la que colabora un tal Enrique Iglesias, todo eso se reúne en este variado disco.Mención aparte merece el bonus Mr President, petardo y sexual como él solo pero que agradezco que haya quedado relegado a bonus porque es el tema que menos moderno suena del disco (es como transportarte a 2010).

Parece que Kylie, tras tantísimos años de carrera, discos y hits, no ha perdido la esencia. Es cierto que todavía me sigue haciendo falta un hitazo, el temazo que se convierte en clásico al momento (justo el mismo fallo que le encontré a MDNA), pero el disco es sólido, entretenido y moderno. Justo lo que queríamos.

7,63.

No hay comentarios:

Publicar un comentario