Es curioso, pero estaba seguro de que había hecho la reseña de Blackout. Quiero decir, es Blackout, un referente en el pop, no podía haberme olvidado de él. Pero sí. El caso es que hoy me han recordado uno de los temas del quinto álbum de Britney Spears y me he estado preguntando toda la tarde qué habría dicho de él en el blog, pues no recordaba nada. Y aquí lo tenéis. He hablado del culo de Miley Cyrus, de Austin Mahone, de demos, de discos que aún ni han salido, y no he hablado de Britney Spears -nunca he reseñado un disco suyo-. Por algo hay que empezar, y creo que éste es una buena oportunidad para hablar de la princesa del pop.
No sé si habéis leído la declaración de la madre de Britney sobre su meltdown, en una denuncia a Sam Lufti, antiguo representante de la cantante, a quien, según dice su progenitora, obligaba a tomar drogas para poder controlarla. Por eso lo de raparse, por eso lo de salir por la noche a comprar pintalabios. Haya lo que haya de cierto en esa declaración, os recomiendo leerla; es muy interesante. Corría el 2007 y Britney estaba peor que nunca. La noticia de un nuevo disco se tomó con mucho disgusto, pues todos pensaban que era demasiado pronto y Spears no podría ser capaz de lanzar un disco decente después de su mala época. Aquella actuación en los MTV VMA 2007 tampoco fueron una gran esperanza, con una Britney que no tenía ni idea de qué hacer. Pero se hizo el milagro, la intérprete de Everytime nos regaló uno de esos discos que cambiaron por completo el pop. Katy Perry Lady Gaga, Christina Aguilera, cualquier cantante que se os ocurra tiene, desde 2007, influencias de Blackout. Los beats oscuros, sexys, la mezcla perfecta entre pop y dance -sin sonar simple como el pop ni discotequera como el dance-. Una auténtica bestia.
Aquel “It's Britney, bitch!” supuso un antes y un después. Con una corta intro electrónica que, sin duda, resumía a la perfección el contenido del disco, Gimme More, primer single, desplegaba sus alas, siendo uno de los temas más sensuales y característicos de Spears. Toda una fiera que si alguien se atreviese a lanzar hoy, se comería los charts igualmente. Como el buen vino, ha sabido envejecer. 10/10.
Otro característico tema de Britney, el segundo single, Piece Of Me. Después del acoso continuo de los paparazzi, Britney les dedicó este tema, con una de sus mejores letras. Una producción muy 2012, gritos, gemidos, y una voz de Spears en uno de sus mejores momentos en el disco. 8,5/10.
Uno de los temas más pop del disco es el siguiente track, Radar. Con una producción bastante parecida a Piece Of Me, puede que ahora no suene demasiado, pero os aseguro que ese estribillo ha sido copiado y pegado multitud de veces a lo largo del pop desde que se diese a conocer en 2007. Y esos beats finales son de lo mejorcito del disco. 7,25/10.
Speech inicial y un coro de fondo, así comienza Break The Ice. Uno de los temas más sucios de su carrera. Esos “hot, hot, hot, hot” del estribillo, los constantes gemidos, la pegadiza melodía y el beat electrónico del fondo. Maravillosa. 7,75/10.
Más ochentera es Heaven On Earth. El tema en sí recuerda a Kylie en gran medida -hasta la voz de Spears suena a la australiana-. No es la mejor del disco, pero tampoco es mala. 7/10.
El electropop deja de mostrarse sutilmente en las bases y toma el control de la canción en Get Naked (I Got A Plan). Vuelve a repetirse la fórmula de la repetición hasta la saciedad de una palabra o frase corta en el estribillo como en Gimme More, pero la fórmula no aburre. Me atrevo hasta a decir que este tema influyó mucho en la carrera de los Black Eyed Peas desde The E.N.D y, sobre todo, en la de will.i.am en solitario. Pegadiza hasta decir basta. 8/10.
El hip-hop también es una de las mayores influencias del disco -curioso que ahora esté tan de moda la colaboración entre rapero y popstar-, y comienza a mostrarse al completo en Freakshow, corto tema en el que el estribillo es simplemente una excusa para mostrar la voz de Britney casi rapeando. Reprodúcela y verás que las palmadas de fondo no van a dejar que pares de moverte. 7,75/10.
Para mí, uno de los temazos del disco. En Toy Soldier, el pseudo-rap de Britney se mezcla con un beat adictivo en el puente que le da una sensación de sensualidad y velocidad que ya quisieran muchos otros temas. Además, al contrario que en Freakshow, hay un salto progresivo entre los versos y el estribillo, mientras que en el anterior tema el estribillo podría haber sido cualquier otro porque no tiene ninguna cohesión con el resto del tema. Os puedo asegurar que hay carreras enteras que se han basado en repetir la fórmula de Toy Soldier intentando llegar a su genialidad -no siempre con éxito-. 10/10.
Al igual que no a todos les gustó Toxic -canción que si no hubiese tenido éxito hubiese supuesto que Blackout perdiese parte de su magia-, Britney tenía presente que no todos los fans iban a adorar este cambio de rumbo. Por eso, la parte que viene en el disco está más influenciada por los temas pop sencillos de la Britney pre-2007. Esta parte se abre con Hot As Ice, que fue single pero que, a mí, ni fu ni fa. 6,75/10.
Ritmos latinos, una risa y abre Ooh Ooh Baby, uno de los temas que más personalidad propia tienen en este álbum. Un estribillo a medio camino entre el pop de la antigua Britney y el toque sucio y sensual de Blackout. Definitivamente, el híbrido perfecto entre ambas épocas de la artista. 8,5/10.
Otro tema sensual que, sin aportar nada que no hayan aportado sus hermanas mayores al principio del disco, es tremendamente adictiva. Así es Perfect Lover. 7,5/10.
Las baladas de Britney suelen ser o grandes éxitos o grandes fallos. En este caso, no sabría por cuál decantarme. La melodía es buena, pero esa producción quizás hubiese ido bien a otro tema, pero a una balada no le puedes meter los beats de, por ejemplo, Get Naked. Bah. 6/10.
Comienza la parte Bonus con Get Back. Cuya producción con toques futuristas suena absolutamente al dance de David Guetta o Calvin Harris. La canción no es de las mejores de su carrera, y la voz suena como enlatada, pero la producción es una joyita. 6/10.
Ese inicio a lo coches de choque es de lo más hortera del disco, pero este tema que se marcaron a partir de un sample de Sweet Dreams (Are Made Of This), Everybody, no está mal como bonus track. Así cierra Blackout, con un tributo a los ochenta. 6/10.
Definitivamente, Blackout está donde se merece. Una producción innovadora y cuidada hasta el extremo que ha influido mucho, muchísimo, en el pop. Un disco digno de Madonna -por el hecho de que siempre innovase en todos sus discos- pero que, curiosamente, sacó Britney Spears después del peor momento de su vida. Bravo.
“I'm Mrs. she's too big, now she's too thin.”
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