Lady Gaga promete mucho siempre con sus actuaciones. No es que sean sus mejores actuaciones -no hay nada como la actuación que hizo de Telephone/Dance In The Dark homenajeando a McQueen en los BRIT-, sino que siempre impactan. Que si empieza a sangrar en el escenario y muere atada a una cuerda, que si se viste de hombre...; cada dos años, Gaga llega con una actuación nueva. Y este año, con primer single que promocionar, era la ocasión adecuada.
La Germanotta empezó vestida de cartulina blanca/bolsa del Mercadona y marcándose un tema que, según muchos, podría ser G.U.Y (Girl Under You), de su próximo disco. Al parecer, en esta parte el traje está inspirado en el traje que usaba en Bloody Mary en el Born This Way Ball, por lo que en esa parte homenajea a Born This Way -gracias Mike por el aporte-. Poco más tarde, se quitó el disfraz y se quedó con gorro de piscina negro y mono con brillantes. Cuando parece que se va a dejar de cambiar de ropa, sus bailarines se lo montan para ponerle una falda y una chaqueta azul con brillantes y una peluca de la era The Fame. Parece que vamos viendo de lo que trata la actuación. Poco después, cuando canta la parte de “one second I'm a Koons, then, suddenly the Koons is me”, coge una bola y la sujeta en la mano junto a sus bailarines homenajeando una obra del artista. Y tercer traje de la actuación -que dura poco más de cinco minutos-, colocándose una peluca amarillo pollo de su era The Fame Monster, quitándose la chaqueta y falda azul y pintándose la cara. Cuando se quita la peluca amarilla, parece que se va a quedar con el gorro de piscina y el mono, pero no. La Germanotta desaparece y, en un tiempo record -yo me quedé alucinado, la verdad-, se cambia y se queda con la peluca y el sujetador de conchas del vídeo de Applause, como diciendo 'ésta es mi nueva era'. Si juntamos estos cambios de vestuario, la coreografía y lo cansadísima que se muestra al final de la actuación, podemos concluir con que es cierto lo que decía de que esta actuación exigía mucho esfuerzo físico por su parte.
Vale, ahora bien, tenemos una actuación resultona, difícil, con muchos cambios de vestuario, pero... ¿ha conseguido Gaga superarse? Pues no, para qué mentir. Paparazzi, para mí, fue una actuación épica, y la de Yoü And I fue de leyenda al traer a Brian May y por lo bien que cantó. Sin embargo, en esta actuación, Gaga no solo no ha mostrado una buena voz entre tanta coreo y cambio de vestuario, sino que no ha dado nada épico con lo que maravillarse. Es muy curioso ver cómo se cambia de ropa, pero no ha ofrecido nada demasiado genial: ni impactante ni maravilloso. Por supuesto, podemos ver que la actuación es un tributo a sus fans, porque eso de recorrer su carrera se puede ver que lo hace única y exclusivamente por ellos; además que, de por sí, la letra de la canción ya es un tributo a sus Little Monsters. Y bueno, eso está bien, la actuación es entretenida, pero nada memorable. Al menos el hype no estaba por las nubes como lo estaba con la actuación de Born This Way de los Grammy.
En definitiva, que mala no es, pero para esta gala quizás un servidor esperaba más.
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