Drake no quiso perderse esta oportunidad para la promoción que es la gala de los VMA. El rapero nunca se ha caracterizado por demostrar demasiadas emociones en sus vídeos/directos -en What's My Name casi parece que, sorprendentemente, sonríe, pero es un caso a parte-. Y no cambió demasiado en esta actuación.
El canadiense comenzó su actuación con su nuevo single, Hold On, We're Going Home. Y sorprende, porque no se curró nada la actuación que, por norma general, debería haber sido la más trabajada al ser la que va a promocionar su nuevo single. Un fondo de cielo azul y casi ningún efecto visual, solo Drake rapeando de perfil -imitando una de las portadas de su nuevo álbum, Nothing Was The Same-. Lo raro es que, después, el rapero continuó con Started From The Bottom, el primer single del disco, y ahí la actuación se calentó un poco, con fuego, humo, iluminación roja y un Drake que, sin demasiados artificios, supo comerse por completo el escenario. Cuando se tiene talento y carisma, poco hace falta para animar a un público más que difícil -pocas veces mostraron un ánimo increíble, además de abuchear, por ejemplo, a One Direction-.
En definitiva, que Drake se marcó un Kanye West e hizo una actuación sencilla, pero con tanto carisma que se lo perdono.
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